Desde el pasado lunes 1 de junio, las instalaciones acuáticas, tanto cubiertas como descubiertas, pueden reabrir sus puertas para impartir actividades como natación, aquagym, matronatación o aquayoga entre otros.

En el siguiente artículo, explicaremos algunas de las acciones que deben llevarse a cabo en las clases de natación para cumplir con las normas de higiene y seguridad que expone el gobierno.

Al existir cambios normativos deben realizarse, necesariamente, cambios didácticos. La nueva normativa debe interiorizarse, lo más rápido posible, por parte de los profesionales del sector. Es por ello que, desde estas líneas, tenemos como objetivo aconsejar, con el fin de animar a los profesionales del sector y facilitar sus sesiones para que sean perfectas, siendo conscientes de todos los aspectos importantes que se deben tener en cuenta.

A continuación, exponemos varias recomendaciones para impartir nuestras clases de manera sencilla.

• En primer lugar, hay que saber que la distancia que se guarde entre alumnos y entre alumno-profesor ha de ser de 2 metros fuera del agua y de 1,5 metros dentro de la piscina.
• Es necesario tomar conciencia de que todos somos los máximos responsables de hacer cumplir esta norma. Es conveniente, por tanto, que fuera del agua existan marcas visuales en el suelopara mantener la distancia obligatoria entre alumnos y que estos sean conocedores de ello. Cintas adhesivas, losetas de ducha, tapices flotantes, suelo enrollable, suelo de zonas para señalizar, material diverso de buceo como picas con plomo, aros sumergibles o aros flotantes entre otros. Son algunos ejemplos que podremos emplear para hacer más visual el espacio de seguridad que deberán guardar los alumnos en las clases de natación.
• Organizar grupos de un máximo de 4 alumnos para niños mayores de 5 años, que ya son alumnos que comprenden mejor las normas; a pesar de ello, no hay que descuidar en ningún caso el control de la clase.
• Organizar grupos de un máximo de 2 alumnos para niños de entre 2 y 4 años. En estas edades es conveniente seguir con la distancia física, por lo que el monitor deberá extremar la protección usando máscara de plástico o de tela.

• Realizar clases en una sola dirección de nado. Se saldrá por la escalera o colchoneta, volviendo andando por la playa hasta la posición de partida, para volver a realizar otra piscina. Es decir, no se realizarán piscinas de ida y vuelta. De este modo evitamos el contacto entre alumnos cuando estos se crucen.
• Utilizar material individual en las clases. Cada alumno utilizará siempre su propio material durante toda la sesión: tabla, pullboy, material de flotación como churro Octo, manoplas, muñequeras de foam, etcétera. De este modo evitaremos posibles contagios. Recomendaríamos, por ejemplo, en juegos introductorios a la sesión, actividades individuales como saltos, apneas, carreras de relevos, ejercicios de flotación, evitar las colectivas que impliquen contacto entre alumnos. Los alumnos deberán nadar por el centro de la piscina, de esta manera aseguramos que exista 1,5 metros de separación entre carriles.
• Maximizar nuestra protección. Mascarilla, neopreno, visera, y utilización del palo de monitor para mantener la distancia de forma más segura.
• Conocer las normas de las clases. El monitor es el máximo responsable, por lo que tendrá que llevarlas a la práctica y saber cómo actuar en función de los acontecimientos.
• Pasar las pruebas test de la enfermedad o en su defecto que no presenten síntomas desde los últimos 20 díasantes de reincorporarse al trabajo. También se deberán realizar mediciones de temperatura todos los días. En cuanto a los alumnos, también se deberá avisar a los padres que, ante cualquier síntoma que presenten, no lleven a las clases a sus hijos, por la seguridad del grupo.
• Tiempo de desinfección. Entre clases habrá un espacio de tiempo de entre 10 y 15 minutos, en el que se desinfectarán las zonas comunes como duchas, agarraderas, suelo, paredes, vestuarios y material que se ha utilizado en las clases.
• Dedicar tiempo a enseñar las nuevas “reglas” de clase. Durante las primeras sesiones es muy importante recalcar las nuevas reglas de clase hasta que el alumno las interiorice. Por este motivo plantearemos ejercicios y actividades que facilitarán su aprendizaje y el ritmo de clase más lento.

Utilizar una metodología directiva, donde empleemos el mando directo sobre todo en primeras sesiones. En función de la edad y grado de autonomía de los alumnos podremos utilizar otras metodologías como asignación tareas.