Uno de los retos más complejos que, día a día, afrontamos tanto mis trabajadores como yo en las clases de natación, es cómo llevar a cabo unas sesiones lúdicas, además de educativas. A continuación, explicaré diversas pautas para lograr este cometido.

Desarrollar una metodología de descubrimiento en edades tempranas, de 2 a 9 años. Mediante el juego y las actividades lúdicas, el alumno debe aprender los principios básicos de la natación y de los diferentes estilos, consiguiendo los objetivos marcados por etapa. Para ello, debemos tener en cuenta diferentes factores que ayuden a que las dinámicas de cada una de las clases sean fluidas, y guarden siempre una relación y patrón de trabajo; de este modo ayudaremos al alumnado principiante a lograr la mejor adaptación.

Relación profesor-alumno. Desde el primer momento, debe existir una conexión de afecto entre ellos. En edades de iniciación -2, 3 y 4 años- el profesor deberá establecerla mediante juegos en seco, reconocimiento de la piscina -incluso paseo por vestuarios-, duchas y playa, ayudaran a que la primera toma de contacto siempre sea más llevadera y se familiaricen con el entorno en el que van a desarrollar sus clases. En este punto también es muy importante el trabajo invisible de los padres: pueden ir hablando y haciendo ver a sus hijos dónde van a ir y lo que van a hacer: jugar en el agua.

Uso de material auxiliar y no auxiliar como puede ser escaleras, puzles acuáticos, churros, tablas, cubos de agua, vasos de agua o muñecos de agua, entre otros. Para ello, el profesor debe tener preparada una batería de ejercicios y juegos lúdicos fuera del agua para que el alumno tenga su primera toma de contacto y se olvide del papá o la mamá, pensando únicamente en el juego y en pasarlo genial. Para lograr este objetivo, el monitor se inventará diferentes historias, en las que el protagonista principal sea la clase: así conseguirá que los niños se sientan especiales siempre que deban ir a sus clases de natación.

Posicionamiento del profesor. El monitor debe tener siempre un contacto cercano con el alumno, imprimir seguridad, confianza y orden en sus clases; para ello, su forma de ser será una pieza fundamental. El profesor deberá siempre estar jugando con ellos, realizar los mismos ejercicios y participar de las actividades tanto dentro como fuera del agua, como si fuera uno más en la clase.

Partes de la sesión diferenciadas. En edades de aprendizaje basadas en el descubrimiento, las sesiones siempre deben empezar con juegos, continuar con juegos y finalizar con juegos. En ocasiones estarán enfocados al simple hecho de disfrutar, relacionarse, saltar, bailar, pegar, montar… otras tantas, a mejorar los diferentes objetivos marcados por la escuela de natación.

Combinación metodologías en edades mas avanzadas. El mando directo, cuando el alumno tiene cierta edad y ya posee los conocimientos básicos de flotación, propulsión, giros y respiración, es necesario para marcar una mejora de los elementos técnicos de los estilos de natación. Una combinación entre mando y descubrimiento es la clave para que el alumno empiece y finalice las clases alegre, con ganas de volver y siempre con algo nuevo que contar a sus padres sobre su clase de natación.