El churro OCTO de Leisis vuelve a retomar su podio gracias a su gran calidad, larga duración y atoxicidad. Y se convierte así en uno de los grandes productos que alberga la empresa.
Calidad asegurada con los churros OCTO de Leisis
Desde su denominación como churro de natación, pasando por cilindro de piscina e incluso espagueti y patata frita, el churro OCTO de Leisis se corona siempre como el ganador durante el verano. No obstante, algunos de sus nombres dejan ver su función principal: el aprendizaje y la diversión mediante su utilización. Pese a que su apariencia exterior puede parecer similar al de otro, cada uno de ellos se diferencia fácilmente después de unos cuantos usos.
Los churros que se nos vienen a la mente y que normalmente conocemos tienden a deshacerse con facilidad poco tiempo después de su empleo. Su material, de origen incierto, pasa por escasos controles de toxicidad, lo que no garantiza el buen uso infantil. Dado que los más pequeños terminan por morder los churros, es de vital importancia andarse con cuidado en cuanto al material con el que se fabrican.
Los componentes de baja calidad, como el foam espumado sin adición de EVA, tienden a absorber en su interior suciedad, bacterias y agua con una mayor facilidad. Esas gotas de agua se mantienen adheridas dentro de las células del churro que, al ser de mala calidad y producirse ese estancamiento del líquido, comienza a pesar cada vez más. Y esto es sinónimo de que se está descomponiendo. Si incluso se aprieta, el agua saldrá como si el material fuese una esponja. Y, por el contrario, al secarse, pasar la mano por encima o doblarlo se desprenderán unas finas partículas de polvo. De nuevo, es una traducción directa de que el churro se está descomponiendo. A todo ello también hay que sumarle los rozamientos con las paredes y el suelo, los agentes químicos del agua o los rayos solares, entre otros.
El aprendizaje y la diversión están asegurados con los churros OCTO
Tal y como su nombre indica, la forma octogonal del OCTO -que puede llegar a confundirse con otras copias, pese a ser una marca registrada y llevar el logotipo de Leisis-, su textura suave y la flexibilidad que alberga dan lugar a un producto ampliamente polifacético y resistente que sigue mejorando en calidad con cada año que pasa. Asimismo, su estructura de células cerradas imposibilita el paso del agua dentro del producto. Todo ello produce cierta flotabilidad que permite el desplazamiento por el medio acuático y la posibilidad de realizar diferentes ejercicios de natación y movimientos corporales.
En las edades más tempranas, los OCTO ayudan a mantener una posición horizontal, ganar equilibrio y movilidad. Además, es tan versátil que permite el aprendizaje de diversas técnicas y estilos de natación. Por ejemplo, en clases de aquagym, la readaptación de lesiones o el incremento de la fuerza en la brazada durante algún estilo. Y, a su vez, puede combinarse con otros productos para aumentar las ventajas y posibilidades que ofrece el material. Es el caso de los conectores balsa, con los que varios churros OCTO pueden unirse y crear singulares formas, como redondeadas, rectangulares, alargadas, etc.
Los conectores balsa permiten crear formas singulares con cualquier tipo de churro
De fabricación en España y pasando por todos los controles y certificados oficiales que demuestran su atoxicidad desde el momento de su producción, se origina un avance más dentro de toda la gama de I+D+i con la que cuenta la empresa valenciana Leisis. Por no mencionar que su material se está utilizando asimismo para la medicina y los servicios hospitalarios.
Dejar un comentario